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lunes, abril 26, 2010

Sabias palabras de un maestro hindu

El máximo conocimiento de quien eres es muy simple. Es lo más simple y por eso no es muy fácil. Esta potencialmente disponible, pero dinámicamente, prácticamente no lo está. Aunque eres Eso, el saber que eres Eso necesita algo de preparación.

Dios es la mercancía mas barata que existe, porque fuera de Dios no puede haber nada, no hay nada, no hay un afuera. Entonces ¿Por qué Dios no es una realidad vivencial en cada uno de nosotros? Es una pregunta fundamental: si yo soy Dios ¿Por qué no me doy cuenta que soy Dios? ¿Por qué no puedo vivenciar? ¿Por qué tengo que pasar por todo esto?

El simple hecho de oír la verdad no te produce nada.
Oír la verdad no te llama la atención, simplemente te crea un concepto. Por eso existen las prácticas que actúan como señaladotes.

Usar las practicas (para ver nuestro propio Ser) es como decir, “mira aquella estrella allá en el cielo” ¿Qué estrella? “Aquella justo encima del árbol, encima de aquella rama”. Usas la rama para poder señalar la estrella detrás de la rama aunque la estrella no tiene nada que ver con la rama. Hoy mucha gente inteligente ha descartado la rama y dice que no tiene sentido hacer práctica alguna, que no es necesario, porque ellos no han entendido un factor muy importante.

No han entendido que con el simple hecho de enunciar la verdad no es suficiente. Lo tienes que ver desde el mismo punto de vista de quien la busca y a partir de allí.
Con sólo describir el destino a donde uno se dirige no alcanza. Necesitas que te den un mapa de ruta e instrucciones de dónde doblar y qué salida tomar. De lo contrario podrías permanecer todo el rato en la autopista sin saber por dónde salir. Esto haría que el viaje resulte continuo y sin fin. Las instrucciones son esenciales.

Existen cuatro importantes requisitos para alcanzar al Ser. Estos son “los cuatro Pilares” o las “Cuatro herramientas”

El primero se denomina viveka. Viveka se traduce comúnmente como discriminación pero no es únicamente discriminación. Viveka es el entendimiento o la comprensión de que todo está cambiando. Aquello que consideres estanco o sólido no es estanco ni sólido. Todo cambia. La existencia es una realidad permanentemente cambiante.
El claro entendimiento de esto se llama viveka.

Nuestro propio cuerpo cambia. Cada célula de nuestro cuerpo cambia. Cada minuto se generan nuevas células y las viejas se mueren. Cada vez que respiras, ingresa una nueva energía en el cuerpo y la vieja sale.
Nuestro cuerpo es un manojo de átomos y los átomos se desintegran continuamente. Cambian a medida que el cuerpo se desintegra y crece.

Nuestros pensamientos y nuestras emociones cambian. Ahora no eres la misma persona que eras ayer y no serás la misma mañana. No puedes mantener el mismo nivel de tristeza todos los días durante todo el tiempo. Verás que eso fluctúa, que aumenta o disminuye, o sus causas cambian. Puedes pensar que eres infeliz, pero puede ser que seas infeliz por diferentes motivos en días diferentes. No puedes ser infeliz por la misma causa todo el tiempo. Habrá algún tipo de variación gradual. Lo mismo es válido pare el resto del mundo y del universo.

Existe algo diferente a esto que no cambia. La discriminación entre l que no cambia y todo lo demás que sí cambia, es Viveka.

En el mismo instante en que notas que las cosas cambias, comienzas a ver que el que observa el cambio no está cambiando.

Aquel que está observando los cambios no cambia, porque de lo contrario, ¿Cómo podría alguien notar que todo está cambiando? El punto de referencia del cambio es el no-cambio.
Con viveka uno reconoce los cambios. Si se entendiese esto claramente, la angustia que enfrenta el mundo se reduciría en un 99 %.


El segundo pilar se llama Vairagya. Vairagya también se traduce como “desapasionamiento”. Detrás de cada angustia hay una esperanza. El combustible para la gente angustiada es la esperanza. Por Ej., cuando se tiene un profundo deseo de felicidad para el futuro: tal vez sea más feliz si cambiase el empleo, si me mudase a otra ciudad, si cambiase de pareja, entonces seré más feliz. Esto es esperanza de algo diferente para el futuro. Los solteros piensan que serán felices si se casan. Los casados piensan que les iba mejor cuando estaban solos, otros piensan que si tuvieran hijos serían felices, pero los que tienen hijos piensan que cuando éstos crezcan y se independicen entonces ellos serán felices.

Prever la felicidad en algún momento en el futuro es lo que nos hace infelices en éste preciso instante.
El deseo de placeres en el futuro, ya sea mundano o divino, nos hace perder el tren.


Mires a donde mires se repite la historia…..

…. En la vida laboral algunos dicen:”Cuando sea gerente de la empresa, seré feliz”. Los gerentes piensan: “ Oh, si llegara a director entonces sería feliz”, pero los directores piensan: “Tendría que tener una empresa más grande, expandirme, ser internacional y entonces seré feliz”. Todo bien, ahora tienes una cadena internacional de empresas. ¿Y qué conseguiste? Presión alta, dolores de corazón, problemas de riñón, en el hígado, males de tanto viajar, insomnio y todo lo demás. Entonces crees que la empresa se ha vuelto demasiado grande y que ya no puedes manejarla y te pones celoso de los empleados porque ellos simplemente vienen a trabajar, ganan su sueldo y se van felices a dormir a casa.

…. Cada placer te deja en el mismo lugar donde empezaste. No te llevan a ninguna parte. El placer solamente te cansa.

Si algo es muy hermoso ¿cuanto tiempo más podrás seguir mirándolo? Los párpados finalmente se cerrarán y tendrás que retirarte

….El mundo está lleno de placer para los cinco sentidos, lleno de objetos para los cinco sentidos.

Disfrutar a través de los sentidos no te lleva más lejos, los sentidos no te pueden elevar a las grandes alturas de la dicha. Una actitud de, “¡y a mi qué!, sea lo que sea, “te quita esa febrilidad y avidez y te trae de nuevo a ese pilar del desapasionamiento.

El desapasionamiento NO es apatía. A veces creemos que el desapasionamiento significa no ser entusiasta, que es ser depresivo y desinteresado de todo ¡Eso no es el desapasionamiento! El desapasionamiento es la falta de febrilidad. Aun si el deseo es lograr algún mérito que nos beneficie más tarde en el cielo, este deseo, esta febrilidad no es desapasionamiento. El desapasionamiento hacia los placeres de éste mundo o del próximo, hacia lo visible o lo invisible, hacia el mundo exterior o el interior, es el segundo pilar del conocimiento. El desapasionamiento te vuelve muy estable y sólido en tu camino.

El tercer pilar incluye las Seis Riquezas. Estas son: shama, dama, uparati, titiksha, shraddha y samadhana.

La primer riqueza es shama. Shama es la tranquilidad mental. Cuando la mente quiere hacer demasiadas cosas, se destroza por completo. Cuando estás establecido shama, eres capaz de enfocarte y tu mente está más alerta. Cuando el desapasionamiento está firmemente establecido, shama comienza a ocurrir automáticamente, la mente está tranquila.

La segunda riqueza es dama que es la habilidad de dominar nuestros sentidos. Muchas veces no tienes ganas de decir algo y sin embargo lo haces. No quieres mirar algo pero así y todo lo miras. Por Ej., estas viajando en avión y dan una película, decides que la película es una porquería y quieres dormir. Un poco más tarde abres los ojos y comienzas a mirar la película. Puedes haber decidido no mirarla tres veces, pero sigues mirando. Otro tanto ocurre cuando decides que no comerás nada más. Pero luego sirven algo rico, huele tan bien, que decides tomar un bocado, luego otro y otro más. Muy pronto, para tu sorpresa, verás que has comido mucho más de lo que tu estómago puede soportar.

Teniendo dama, tienes poder para tus sentidos. No te arrastras y no te dejas llevar por ellos. Serás capaz de decir “si” o “no” a los sentidos. Sin dama, la mayor parte del tiempo no eres tú quien dice sí o no, son los sentidos los que te lo dicen a ti.


Titiksha, la tercera riqueza, es la paciencia o la tolerancia. En momentos difíciles, la paciencia te permite seguir adelante sin causarte demasiado daño. En la vida ocurren hachos agradables y desagradables también. ¡Y qué! ¡Ninguno será para siempre! La salud y la enfermedad llegan. Los humores van y vienen. Hay pérdidas y ganancias en los negocios. La gente viene y se va en la vida. Los amigos vienen y van. Las disputas también. Titiksha es no dejarse sacudir por lo que sucede.

Hay niños que pueden pasarse horas llorando por pequeñeces. Mami no les da chocolate u otra cosa. Otros en cambio, lloran un ratito, paran enseguida y cambian de idea. Lo mismo ocurre con los adultos. Si algo te sucede, como una ruptura de pareja, esto te perturba por largo tiempo, 6 meses, tal vez un año. Tu mente sigue mascando lo mismo sin liberarse y seguir adelante. Tener Titiksha otorga paciencia para todo.

A menudo, lo desagradable se torna agradable más adelante. Son cambios que suceden en la vida. Lo que creías muy malo, resulto ser algo muy bueno para ti más tarde. Te hizo fuerte. Entender esto te ayuda a no aferrarte al pasado y a no juzgar lo que ocurrió como bueno o malo. La capacidad de no dejarse llevar por los hechos o los juicios, es Titiksha.

Cuando juegas a algo o miras un juego o evento deportivo, ganar y perder forman parte de él. Cuando la posibilidad de perder es mayor, el juego es más interesante. Tiene más valor si es más difícil. Debes ver la vida como un juego. Los problemas en la vida son parte del total que ese juego. Sólo asegúrate de que esos problemas o desafíos no te sacudan para nada.

Mira hacia atrás y ve todas las situaciones difíciles que atravesaste en tu vida. A pesar de todo, sigues entero hoy. Las dificultades no lograron destruirte. Eres mucho más poderoso y mucho más significativo que ellas. Este simple entendimiento de que, venga lo que venga en la vida, los hechos agradables, desagradables, los placenteros o infelices no pueden afectarte. Con esto, la tolerancia que nace en ti es la tercera riqueza.

La cuarta riqueza es uparati . Uparati quiere decir regocijarte en tu propia naturaleza, estar con tu naturaleza. A menudo no estás en sintonía con tu naturaleza. Haces determinadas cosas porque alguien más lo dice o lo hace. Muchas veces la gente hace cosas para recibir la aprobación de los demás. Algunos compran casas grandes o autos para que sus amigos vean y aprecien lo que ellos tienen. Actuando de ésta forma no estamos en contacto con nuestra naturaleza. Estar en el momento presente, en la alegría que eres, en la habilidad para regocijarte en cada cosa que haces, eso es uparati.

Uparati es liberarte de todo, ser juguetón y uparati es también tomarse las cosas seriamente. Estos son dos valores completamente opuestos, pero tomarlos juntos, y vivirlos juntos es uparati.

La quinta riqueza es shraddha. Shraddha significa fe. Cuando llegas al límite de tu conocimiento, necesitas la fe. Comprendes algo hasta determinado punto, pero algo más allá no comprendes nada más. Tu deseo por conocer lo desconocido es shraddha, es la fe.

Si tu mente está fija y dice, basta. Lo sé, no hay nada más, eso es fanatismo, eso es ego “lo sé todo”. Cuando conoces que no puede conocerse toda la Creación, que existe algo más allá de lo que tú puedes saber, entonces tienes fe. El reconocimiento de la existencia de lo que no se puede conocer es shraddha. Fe en ti mismo, en el Maestro, en Dios, en el infinito orden de las cosas, fe en ese amor del infinito, eso es shraddha.
Podemos ver la fe de una manera simple. La duda tiene tres divisiones: la primera es dudar de ti mismo, la segunda es dudar de los demás y la tercera, es dudar de todo.
El 99% de la gente duda de todo, porque no creen que hay un todo que rige todo.
Se habla mucho de Dios, pero si te fijas detenidamente verás que la fe es realmente endeble. No hay fe en el infinito que organiza, en un poder inteligente que tiene todo bajo control. Esta fe está ausente. Cuando aparenta estar no es nada más que un decorado exterior, es como una insignia que usas en la solapa.

Luego está la duda de la gente. Cuando alguien dice, “te amo”, dudas. “¿Lo dices en serio?”
Preguntas, “¿realmente me amas?”. Sin embargo, por el contrario, si alguien se enoja contigo, jamás preguntas, “¿Estas realmente enojado conmigo?” Fíjate que la duda siempre la tienes por lo positivo en los demás. Crees que no puedes confiar en nadie y luego tratas de encontrar la confianza en esta persona o aquella, pero eres incapaz de ello. Es lo más común y te apena, porque confiar en los demás está en relación contigo, en la fe en ti mismo.

La tercera división es la propia duda. Jamás dudas de tu propio enojo, de tu depresión, de tu tristeza o de tu miseria, pero dudas de todas las buenas cualidades que tienes. Dudas de tus capacidades, no dudas de tus incapacidades. ¡Deberías dudar de tus limitaciones, de tu incapacidad! ¿Quién sabe en qué te convertirás en un instante? ¿Quién sabe las nobles y bellas características que hay dentro de ti y cuando florecerán? Tal vez florezcas en otro Buda.

Cuando dudas de tu incapacidad, la fe en tus habilidades crece. Entonces comenzarás a dudar de las tendencias negativas de la gente y atribuirás esas tendencias a su estado de estrés, no a ellos. Tu confianza en los demás comenzará a crecer y tu fe en lo Divino, en la existencia universal, también crece. Toda esta existencia es una. Finalmente hay una única mente, una única inteligencia, un único Ser.

El Maestro está allí para demostrártelo prácticamente, para contártelo. Hay uno solo. Yo soy tú, tú eres yo.
Cuando el Maestro dice esto, ver al Maestro tal como es, no a través de una visión bloqueada no a través de ojos sospechosos, es shraddha, fe. El Maestro no tiene que obtener nada de ti. Si lo miras con ojos sospechosos, te preguntarás que se propone. Ahí estás atascado, rebobinando en tu mente estrecha, incapaz de espiar dentro de lo Divino, del Infinito, de la existencia total. Te perderás todo el regocijo. Te perderás por completo la esencia que estás anhelando, consciente o inconsciente.

….Sin fe, sería como quien dice: “Primero enséñame a nadar, y luego entraré al agua” ¡Para aprender a nadar, debes entrar al agua primero”! El tener demasiada anticipación, ser demasiado cauteloso, te priva del total regocijo en la vida. Sólo cuando tengas fe en el Maestro, entrarás al agua y aprenderás a nadar. Shraddha, la fe es necesaria.

No hay actividad que pueda llevarse a cabo en éste mundo sin el elemento de la fe.
…El mundo entero trabaja basado en la fe.
….La fe es una hermosa cualidad de tu conciencia. La fe es un hermosos florecer de tu Ser.

La sexta riqueza es samadhana. Samadhana quiere decir sentirse a gusto, estar conforme. ¿Cómo te sientes cuando estas a gusto? ¿Lo recuerdas? ¿Qué se siente cuando estás totalmente a gusto, sereno y calmo? Estar a gusto contigo mismo, con el ambiente que te rodea, con la gente que te rodea, con todo, con la existencia, eso es samadhana. Es una gran riqueza en sí misma.

Estas 6 riquezas juntas forman el tercer pilar. El cuarto pilar del conocimiento se denomina mumukshatva. Mumukshatva es el deseo por lo más alto, el deseo de libertad total, de iluminación, como quieras llamarlo.

…. Mumukshatva está presente cuando existe un profundo deseo por lo más elevado, un deseo ardiente, un anhelo por lo Divino en ti, un anhelo de lo Infinito, de una vida mejor. Un anhelo de ser u devoto, un siervo, un amado, una anhelo en ti de ser parte y parcela del todo. Estos potenciales que hay en ti, no pueden ser descubiertos o despertados, si nos los deseas. Nadie puede ser forzado a aprender a meditar, a menos que desee aprender a hacerlo.

Cuando existe en uno el deseo de aprender, debe venir desde adentro. No creas que debes tender a esto. YA LO TIENES. En cierto grado, hasta cierto punto, también posees las seis riquezas. Si les prestas algo más de atención, se harán más fuertes y más sólidas en ti. Los pilares están allí. Solo tienes que solidificarlos, construirlos una poco más altos.

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